Los caldos caseros

Cuando empieza a llegar el frío y la lluvia, son muchas las personas que buscan restaurantes de comida tradicional en Madrid para disfrutar de una rica comida casera y sobre todo, caliente. Es por eso que los caldos, ya sean de pollo o de ternera, son uno de los primeros platos más demandados en esta época del año.

Caldo de pollo y caldo de ternera

El caldo de pollo o caldo blanco como también se le conoce, es muy sano y ligero y si además se combina con unos fideos, puede resultar un primer plato ideal, tanto para mayores como para los más pequeños. Además, sirve de base para infinidad de platos, ya sean sopas, arroces, salsas o cremas. Pero incluso sirviéndolo simplemente con unos picatostes resulta una sopa apetecible y muy deliciosa. No en vano, el fracaso o el éxito de muchas recetas depende solamente del caldo de fondo que se utilice. Si se prepara con ingredientes naturales y de calidad, seguro que saldrá perfecto.

Por otro lado, están los caldos de ternera que se pueden preparar oscuros o claros. Para conseguir estos últimos, los alimentos se ponen directamente en el agua o como mucho, se pueden rehogar las verduras y la carne a fuego suave con aceite. En cambio, para preparar un caldo oscuro, hay que dorar la carne a fuego vivo antes de cocerla. Para ello se precalienta el horno a 210 °C y se hornea durante una media hora. Estos dos tipos de caldo se pueden preparar en grandes cantidades y se puede congelar para tenerlos disponibles cuando se necesite.